Al principio de temporada, en este mismo blogg, critiqué de forma abierta la implantación por parte de la federación valenciana de baloncesto (fbcv) de la normativa de pasarela en cadete femenino preferente (el partido se divide en 8 cuartos de 5 minutos, donde durante los 6 primeros cuartos las jugadoras deben jugar un máximo de 4 y un mínimo de 2 cuartos). Así pues la plana mayor de la federación se reunió con entrenadores de Valencia, Castellón y Alicante y explicó la iniciativa. En ese momento yo fuí una voz crítica sobre la iniciativa y posteriormente acabé reflejandola en el presente blogg, fruto también del calentón del momento.
Después de realizar la primera vuelta de competición y ya con un poquito más de perspectiva, uno se da cuenta de que lo que se reflejó como una dura crítica a la federación valenciana, no debe interpretarse como tal. A quedado más que demostrado que en todo momento esta nueva reglamentación busca positivar aspectos muy importantes de nuestro deporte, y sobre todo hacer que las jugadoras de una edad más que complicada, sigan vinculadas al fántastico mundo del baloncesto, sea el nivel competitivo que sea, y eso ya es un gran logro.
Si bien como entrenador sigue siendo un regla que no me gusta utilizar, si veo sus aspectos positivos y el porque en su momento la federación valenciana tomó la iniciativa de implantarla en la competición. Tampoco tengo claro que consiga los objetivos que se buscan, aunque lo deseo ciegamente, a uno no le importa retractarse de su opinión si con eso acaba ganando el baloncesto.
Queda claro que escribo la semana siguiente en la que el equipo que entreno, el cadete femenino preferente de Denia se desplazó a jugar su partido de vuelta a Orihuela (a 147 km de distancia), y el Orihuela, equipo local se negó a jugar porque sólo tenía 7 jugadoras, y como tenían el partido perdido prefirieron no jugar, a pesar de mi insistencia de jugar y no firmar bajo protesta.
Un caso negativo que no debe marcar la linea seguida por la federación, a la que animo que a pesar de críticas como la mía, sigan trabajando para un baloncesto mejor en nuestra comunidad, objetivo común de todos, camino que en mi opinión ya se ha iniciado y sigue la dirección correcta.
Después de realizar la primera vuelta de competición y ya con un poquito más de perspectiva, uno se da cuenta de que lo que se reflejó como una dura crítica a la federación valenciana, no debe interpretarse como tal. A quedado más que demostrado que en todo momento esta nueva reglamentación busca positivar aspectos muy importantes de nuestro deporte, y sobre todo hacer que las jugadoras de una edad más que complicada, sigan vinculadas al fántastico mundo del baloncesto, sea el nivel competitivo que sea, y eso ya es un gran logro.
Si bien como entrenador sigue siendo un regla que no me gusta utilizar, si veo sus aspectos positivos y el porque en su momento la federación valenciana tomó la iniciativa de implantarla en la competición. Tampoco tengo claro que consiga los objetivos que se buscan, aunque lo deseo ciegamente, a uno no le importa retractarse de su opinión si con eso acaba ganando el baloncesto.
Queda claro que escribo la semana siguiente en la que el equipo que entreno, el cadete femenino preferente de Denia se desplazó a jugar su partido de vuelta a Orihuela (a 147 km de distancia), y el Orihuela, equipo local se negó a jugar porque sólo tenía 7 jugadoras, y como tenían el partido perdido prefirieron no jugar, a pesar de mi insistencia de jugar y no firmar bajo protesta.
Un caso negativo que no debe marcar la linea seguida por la federación, a la que animo que a pesar de críticas como la mía, sigan trabajando para un baloncesto mejor en nuestra comunidad, objetivo común de todos, camino que en mi opinión ya se ha iniciado y sigue la dirección correcta.
